una taza de agua
250 g de azúcar y cantidad extra para espolvorear los moldes
8 yemas
una taza de coco rallado
una cucharadita de esencia de vainilla.

Ponga el agua y el azúcar a fuego fuerte.
Revuelva con cuchara de madera hasta que el azúcar se funda.
No revuelva más y deje hervir 10 minutos.

Mientras tanto, bata las yemas en un bol con batidor de alambre.

Una vez logrado el almíbar a punto de hilo fuerte, páselo a un bol para entibiarlo y agréguelo de a poquito a las yemas batidas.

Incorpore a la mezcla el coco rallado, la manteca derretida y la cucharadita de esencia de vainilla.

Unte generosamente con manteca los moldes individuales y espolvoréelos con azúcar.

Distribuya la mezcla en los moldecitos, llenándolos hasta los dos tercios de su capacidad, no más.

Cocínelos a bañomaría en el horno unos 10 minutos, hasta que saquen panza y estén firmes.

Desmóldelos en caliente y póngalos enseguida en pirotines.
Sírvalos fríos.
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