PARA LA BASE
galletitas de vainilla 300 g
azúcar 2 cucharadas
huevos 2
manteca 150 g
PARA EL RELLENO
ricota 250 g
crema de leche 250 g
queso blanco 200 g
pulpa de frutilla o frambuesa en conserva 1 lata chica
claras 3
azúcar 3 cucharadas
gelatina sin sabor 1 sobre
agua 1/2 pocillo
PARA LA CUBIERTA
frutillas, frambuesas y hojas de menta cantidad necesaria
Colocar las galletitas previamente procesadas en un bol.
Incorporar el azúcar, el huevo y la manteca derretida.
Mezclar hasta integrar.
Distribuir la preparación anterior en el fondo de un molde desmontable de 24 cm de diámetro.
Presionar bien y llevar a horno precalentado a temperatura moderada entre 10 y 15 minutos.
Retirar y dejar enfriar.
RELLENO
Poner la ricota, la crema batida a medio punto y el queso blanco en un bol.
Mezclar.
Incorporar la pulpa de frutilla o frambuesa a medida que se integra con batidor de alambre.
Colocar las claras en un bol de metal y llevar a fuego suave o volando sobre la llama.
Agregar el azúcar y batir a punto merengue firme.
Retirar y pasar a otro recipiente.
Añadir la preparación anterior, mezclar y agregar la gelatina previamente hidratada en agua y disuelta a baño María con
movimientos envolventes.
ARMADO
Volcar el relleno en el molde y distribuirlo de forma pareja.
Llevar a la heladera hasta que la preparación este bien fría y firme.
CUBIERTA
Preparar la gelatina siguiendo las indicaciones del envase pero con la mitad del agua indicada.
Dejar que comience a espesar y cubrir el cheesecake.
Llevar nuevamente a la heladera hasta que solidifique la gelatina.
Retirar, desmoldar y decorar con frutillas o frambuesas y hojitas de menta fresca.
Se puede reemplazar la pulpa en conserva por frutillas o frambuesas procesadas.
Procesarlas y llevarlas a fuego moderado con 1 cucharada de jugo de limón y 2 de azúcar.
Dejar que rompa el hervor.
Cocinar 2 minutos.
Retirar y dejar reposar.
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